miércoles, 20 de enero de 2016

¿Qué es el amor romántico en nuestras vidas jóvenes?

No mendigue amor, No sea estúpida, Usted no nació para recibir Sobras sentimentales de nadie, Aprenda a mandar a la mierda Esos jodidos apegos emocionales Que le dejan rota la vida. Todo diciembre me tuvieron rodeada del amor, amor por aquí, por este lado, en el mar, en la montaña, en la vida que nos rodea me hablaban del amor, del amor romántico de las mujeres jóvenes, cosa que no es muy fuera de lo común en esta sociedad patriarcal con el apellido capitalista que nos ha vuelto consumista en muchos aspectos de nuestras vidas. Entonces me senté un día abruma de tantas pláticas sobre el amor, ¿cómo es que el viento, el frio nos trae la idea del amor romántico a nuestras mentes? Y empecé a buscar en google: amor romántico, lo primero que me encontré fue la definición de Wikipedia por supuesto como suele pasar, entonces no es nada más de lo que ya me esperaba. “El amor romántico es uno de los modelos de amor que fundamenta el matrimonio monogámico y las relaciones de pareja estables de las culturas modernas, principalmente las occidentales.” A todas nos dijeron o al menos vimos las películas de Disney de las historias de las princesas, si no fueran esas de pequeña fueron las películas de Hollywood hablando de maravillosas historias de amor en adolescentes, que siempre es la misma trama de las dificultades, de los finales felices con los o las hijas, el perro como broche de oro, reafirmando el modelo de la familia heteronormativa, monógama como lo dice la definición. Nos hicieron el molde que el amor, el verdadero amor se sufre porque si no duele no sirve dicen por ahí, cuando se sufre y sobrevive ese amor definitivamente es el amor verdadero; la media naranja: todas tenemos una media naranja nos predicaron en la iglesia, la escuela, en la calle, en la literatura, en todas partes de construcción social nos dijeron que no somos completas que necesitamos a una par, que por consiguiente tiene que ser hombre porque es para la reproducción humana, porque ahí está la otra trampa del “amor romántico” que este culmina en el matrimonio con hijas e hijos al final de la historia, ahora si podemos morir en paz cuando consigamos estas cosas en nuestras vidas. “Sino que el amor perfecto echa fuera el temor. El que teme espera el castigo, así que no ha sido perfeccionado en el amor.” Ahora la parte del sagrado libro que nos enseña cómo debemos vivir en muchos aspectos de nuestras vidas, el amor y las relaciones amorosas no pasan de lado en el fundamentalismo religioso independientemente la religión; el cristianismo occidental nos ha impuesto relaciones patriarcales, de sumisión absoluta de las mujeres, avalando la violencia como lo ilustra ese versículo del libro de Juan, no es algo normal que nos digan en los sermones de la iglesia que somos la costilla del hombre, que tenemos que aguantar lo que el amor demande porque “el amor todo lo puede”. El amor romántico en las mujeres sobre todas las cosas nos ha jodido en su totalidad, como feminista estamos ganando espacios públicos, económicos, políticos, hemos tenido grandes triunfos gracias a nuestras heroínas que nos antecedieron en esta lucha, sin embargo nos dice Coralia Herrera que en el campo de batalla emocional nos sigue ganando el patriarcado, no hemos des-construido el modelo hegemónico de relaciones amorosas, aquí no podemos obviar la diversidad sexual, las lesbianas, los homosexuales, los y las transgeneros, los y las trans; siguen manteniendo en vigencia el modelo patriarcal y violento de relaciones de pareja. Bajo círculos sociales he podido ver cómo nos seguimos maltratando entre nosotras misma, por un falo hemos cerrado alianzas, por un patriarca irrespetamos una mujer, por un hombre nos peleamos y no construimos el circulo de la sororidad, porque nos han construido para pelear por un falo, por algo que viene nos agarra, nos destruye y se va en búsqueda de una nueva víctima y no somos capaces de advertir a la compañera de lo que le puede pasar al estar con él agresor, al contrario nosotras también la atacamos. Las relaciones lésbicas también seguimos reproduciendo comportamientos machistas, en los que siempre tiene que imperar la dominación, el sometimiento, la violencia por una de las partes siempre, es lamentable que si defendemos la diversidad sexual y nuestras formas de amar no seamos capaz de parar las relaciones violentas en las que nos ha metido el amor romántico. Los celos no son sentimientos porque solo el amor los produce, los celos son el primer síntoma de violencia en una relación ya es uno de los mitos de los amor romántico para justificar las expresiones de violencia que este sistema o una de las expresiones del patriarcado que nos han enseñado.
Considero que como feministas debes repensar ¿qué es el amor? ¿Cómo debemos amar a nuestro par? Porque no empezamos a pensar que no hay nadie para nosotras más que nosotras, que los finales felices no existen porque nada es un final solo un comienzo en nuestras vidas, que la princesa solo quiere salir a bailar una noche no un príncipe, que no queremos hijos ni hijas antes de disfrutar nuestras vidas como mujeres libres no cuidadoras. Bell Hooks, feminista afroamericana, en su obra La Claridad del Amor, nos muestra que amar debe ser una acción y no un sentimiento, y ello nos lleva a tomar una responsabilidad, implica una voluntad, no define el amor como algo instintivo o involuntario. El amor implica elección de amar. Hooks se hace eco de la definición de amor de otro autor S. Peck que refleja la idea de amor similar: “La voluntad de extender nuestro yo con el propósito de alimentar el crecimiento espiritual propio y el de otra persona. El amor es lo que el amor hace, es un acto de voluntad. La voluntad implica elegir. No estamos obligados a amar. Elegimos amar…” Simone de Beauvoir, autora de referencia nos dice: “el amor auténtico debería basarse en el reconocimiento recíproco de dos libertades, cada uno de los amantes se viviría como sí mismo y como otro; ninguno renunciaría a su transcendencia, ninguno se mutilaría, ambos desvelarían juntos unos valores y unos fines”. (El segundo sexo) Amar no es un proyecto de vida, puede ser una parte importante de nuestro trayecto, un vehículo hacia el autoconocimiento y hacia nuestro desarrollo pero no un fin en sí mismo. El mito de amor romántico nos ha dejado muchos mensajes con los que todavía convivimos y que anula esta capacidad de elegir, de querer desde la voluntad como seres completos; aumentando nuestras capacidades y no mermándolas, nutriéndonos de una relación saludable desde el respeto y la admiración mutua… En definitiva, aprender a amar, quererse a una misma y ser más libres Porque no pensamos hoy que se nos viene una campaña misógena, violenta y consumista en un amor para nosotras misma, sí que el mundo nos diga egoístas pero pensemos en pasar un rato solas, amándonos, masturbándonos, creciendo intelectualmente, siendo libres, solas por un rato, porque nos enfocamos nuestra mente en nuestro interior, pongamos colores a nuestro cuerpo, vamos a lo más profundo de nuestro ser. Pensemos como feministas en construir nuevas formar de amor reales, no la que la teoría nos dice, tratemos de llevar relaciones de vida libres de ataduras, de violencia, de irrespeto entre seres humanos diversos que somos, nosotras tenemos que pensar en ganarle este campo de batalla al patriarcado, debemos demostrar que somos mujeres listas para romper con estos estereotipos que nos han enseñado; visualicemos que como mujeres no hay que tener a nadie a la par de nosotras para ser feliz. Hay que tener claro que no hay nada perfecto, no hay nada eterno, no existe cupido que te garantice la eterna felicidad en una relación, la monogamia no existe es una construcción social por lo tanto los modelos de amar tiene que cambiar y no hay mejor manera que respetándonos, amándonos y viendo nuestro ser primero antes que otra persona. Nosotras no nacimos con el chip incorporado del amor romántico en nuestras vidas, nos hicieron creer en él, nos vendieron esa idea occidental, patriarcal, que nos lleva a la heteronormatividad, a modelos de familia fundamentalistas obsoletos en nuestras realidades; es momento de parar un momento y preguntarnos si la lucha feminista nos estamos planteando el pensar nuevas formas de amar desde nuestras realidades, desde nuestro ser primero y pensando que no somos de nadie ni nadie nos pertenece; somos seres libres como feministas pensemos libertad pero sobre todo en un amor sin censura para nuestras vidas, hay que darle la batalla al sistema patriarcal en esta posición política. Keyla Cáceres.

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